El turismo crece tanto en España que genera uno de cada cuatro puestos de trabajo. Crece tanto que llega prácticamente a todos los rincones del país, también a pequeños pueblos del norte que eran acogedores rincones de pescadores hasta hace unos años, como Hondarribia (Guipuzkoa).

Su tranquilo casco viejo, en el que antes tan solo había tabernas y cofradías; ahora se ha convertido en una atestada calle comercial repleta de tiendas de souvenirs, menús en inglés y con cafeterías de inspiración neoyorkina. Por no hablar de los precios de su vivienda, que se han disparado.

"Hemos notado, en los últimos años, un gran aumento de turistas", asegura Josu Peña, concejal de Cohesión Social en Hondarribia. Y, es que, aunque el municipio guipuzcoano siempre ha sido una localidad turística, "sobre todo en los tres meses de verano", en los dos últimos años han notado que "los fines de semana el pueblo se colapsa y se llena". "Y viene cada vez mucha más gente", dice el político, que se ha visto obligado a salir de su pueblo porque tanto turismo ha disparado el precio del alquiler.