Para combatir la criminalidad en torno a drogas como el cannabis, hace ahora cinco años Canadá dio un paso decisivo: legalizó el uso recreativo de esta sustancia. Desde entonces, el Estado ha recaudado centenares de millones en impuestos y los arrestos relacionados con el cannabis se han reducido más de un 70%. Mientras tanto, el consumo ha aumentado un poco, pero no se ha disparado. 

Sobre el camino para legalizar la droga, el psicofarmacólogo Antón Gómez-Escolar señala que "se debería ser tremendamente progresivo": "Debería ser un proceso social lento de formación y educación que permitiese la sociedad tener un mejor conocimiento de esas sustancias, de sus efectos, de sus riesgos, y poco a poco, podemos tener un sistema de acceso, regulado y controlado que elimine muchos de los problemas que tenemos en la actualidad", afirma. 

En el vídeo sobre estas líneas, laSexta Columna entrevista a una fiscal especializada en la lucha contra la droga , Ana Villagómez, que recuerda que en algunos países europeos donde se han legalizado drogas "siguen teniendo mafias, ajustes de cuentas y tráfico de drogas". El exjuez Baltasar Garzón, por su parte, recuerda que legalizar no supone favorecer el consumo: "Parece que si se hace legal la cocaína, usted va a ir al día siguiente a comprar 25 papelinas y yo mismo 50, y no".

Gómez-Escolar apunta, por su parte, que "todo lo que se puede ahorrar por esa reducción del número de presos, por todo ese dinero que se podría recaudar extra por nuevos impuestos, se podría reinvertir en políticas de prevención que podrían compensar cualquier incremento en daños a la salud pública por una mayor accesibilidad a las sustancias".