Después del macabro ataque al 'Sierra Aránzazu' en la costa de Cuba, cuya autoría admite un agente de la CIA, en Estados Unidos no tenían tiempo para un barco español. Estaban más atentos a la campaña electoral, y una posible guerra nuclear se usaba como arma electoral.
La prensa de Estados Unidos contribuyó a que el ataque se olvidara, pero el ya desaparecido Washington Daily News entrevistó a un líder cubano en el exilio que aseguraba que "ese ataque no fue un error, fue un aviso y habrá más": "Si los países europeos no son conscientes de lo que supone abastecer a Castro, que asuman las consecuencias", avisaba.
Por los papeles secretos desclasificados en Estados Unidos, ahora sabemos que la dictadura quiso saber más sobre el 'Aránzazu' e incluso el Gobierno americano el ayudó a indagar. Sin embargo, ninguna víctima escuchó conclusión alguna. "Hay intereses mutuos y, bueno, fue un incidente, salió se tapó, y ya hasta hoy prácticamente que casi nadie sabía que se había producido", comenta Juan Carlos Pereira, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Complutenseen el vídeo sobre estas líneas.
Poco más de un año después del ataque al 'Sierra Aránzazu' sucedió el accidente de Palomares. Sobre suelo español caen cuatro bombas termonucleares con la potencia destructiva equivalente a 70 veces Hiroshima y Nagasaki, pero la dictadura respondió públicamente con el baño de Fraga.
Tras el ataque del 'Sierra Aránzazu' solo cambió que los barcos que navegaban por la zona, durante un tiempo, contaron con la protección de Estados Unidos. Meses después, se cerró la operación de Centroamérica desde donde se había organizado el ataque.