Ante los constantes desafíos a los que se enfrentan todos los territorios, Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030, algo que Pedro Sánchez definió como "una hoja de ruta que permite a nuestro país enfrentarnos a desafíos como el cambio climático el crecimiento sostenible o la inclusión social desde una perspectiva global". 

Pero los dirigentes de Vox venden que detrás hay poderosas fuerzas oscuras, que la Agenda 2030 se va a usar, en palabras de Santiago Abascal, "para decirnos qué servidumbre toca cada día". El líder de Vox asegura que con políticas como estas "entran en nuestra lavadora y en nuestra vida privada. Quieren imponernos el multiculturalismo fracasado y prohibir nuestra raíces ensuciando nuestra historia ".

También Jorge Buxadé se refiere a este proyecto como un conjunto de "planes destructivos de la economía" o como "fuerzas que quieren destruir nuestra identidad cristiana".

El periodista Pedro García Cuartango asegura que en la extrema derecha "tienen una visión de la Agenda 2030 absolutamente simplista y deformada. Es una cosa poco concreta y hetera, pero no supone una amenaza para nadie". Es más bien, dice, un proyecto de cómo debería ser la sociedad española en siete años, que sin embargo en Vox supone un rechazo visceral.

Los expertos coinciden en que cuando Vox aborda el tema lo venden como "una película de conspiración". Anna López, especialista en extrema derecha, considera que Vox "se aferra a unos enunciados que no obedecen a la realidad, sus prejuicios ideológicos", aunque esta estrategia, reconoce, les está funcionando.