El asalto de Cuatro Caminos comenzó con unos chatos. En una taberna cercana a su objetivo los guerrilleros que liderabaJosé Vitini se preparaban para irrumpir armados por la fuerza en una casa cuartel de Falange: "Se entendía que en los locales de la Falange había armamento y entonces ellos tenían que conseguirlo", explica el historiador Antonio Ortiz, que también apunta en el vídeo sobre estas líneas que "pensaban que no iba a haber nadie, que estaría vacío a esas horas".  

Sin embargo, cuando llegan dos pequeños grupos de guerrilleros enviados por Vitini, encuentran dos falangistas a los que acaban matando. Los muertos son el conserje de la sede y el responsable del partido en Cuatro Caminos. De ellos apenas hay una foto en el expediente policial, pero su asesinato es aprovechado por la dictadura, que moviliza miles de personas en Madrid en una manifestación de las más multitudinarias del franquismo donde se hizo constantemente el saludo fascista por los falangistas y por Franco. 

"Si los comunistas están intentando convencer a los americanos de que España es como Francia, Franco les está diciendo 'no se equivoquen, todo el pueblo español está detrás de mí'", explica el escritor Andrés Trapiello.

Poco más de un mes después del asalto al cuartel de la Falange en Cuatro Caminos, detienen a todos los miembros de la guerrilla en Madrid, hasta llegar al propio Vitini, que apenas unos meses después de llegar como un héroe de Francia es tratado como un cruel criminal por la dictadura: "Yo me imagino a Vitini frente al pelotón de fusilamiento decir '¿por qué por esto aquí voy a ser fusilado, y por lo mismo en Francia hace seis meses me daban el grado de coronel?’", comenta Trapiello. Sin embargo, la guerrilla urbana continuó hasta convertirse en símbolo.