Al mismo tiempo que las protestas transcurren, otro problema asoma: la salud de los suelos. La agricultura tradicional, con pesticidas y demás, es muy lesiva para el suelo, por lo que la Unión Europea ha apostado por la agricultura regenerativa, un proyecto en el que están estudiando una forma de cultivo que enriquezca al mismo tiempo el suelo.

"En nuestro trabajo de campo estamos viendo que las fincas tienen contenido de materia orgánica por debajo del 1%. Podríamos decir que estamos cultivando sobre un desierto", explica David González, de la cooperativa de agricultura regenerativa 'Sustraiak Habitat Design'.

Por ello, ya hay proyectos donde trabajan en la plantación de una pequeña biodiversidad que enriquezca la calidad del suelo y genere un ecosistema que sirva para la prevención de plagas: "Cuando apostamos por la agricultura regenerativa estamos apostando por una biodiversidad de tanto de plantas como de ecosistemas que permiten albergar equilibrio de insectos, aves... que van a controlar todas esas plagas".