Sedición = 15 años
"Si no vamos con la televisión, nos meten 15 años de cárcel": Membrilla, sobre la decisión de los soldados de acudir a Antena 3 tras fugarse
Los soldados que se fugaron de la mili el 21 de febrero de 1994, lejos de esconderse, acudieron a la televisión para denunciar lo que habían vivido. Eso fue lo que les salvó de entrar en la cárcel, reflexiona 31 años más tarde uno de aquellos reclutas en Salvados.

La madrugada del 21 de febrero de 1994, 18 soldados de la Compañía de Operaciones Especiales (COE) del cuartel General Asensio en Palma de Mallorca consiguieron fugarse de la mili. Solo les quedaban dos meses para terminar el servicio militar, pero las palizas y el maltrato de sus mandos superiores los llevaron a tomar esta drástica decisión. Ahora, 31 años después, cinco de ellos han vuelto a relatar su experiencia ante las cámaras de Salvados.
Los soldados Burgas, Torres, Membrilla, Matamalas y Gimeno ya habían pasado la exigente prueba de la boina, considerada un rito de estatus dentro de la COE. Sin embargo, superarla no mejoró su situación; de hecho, algunos relatan que el trato empeoró, sobre todo, en el caso de Membrilla. Fue después de obtener la boina cuando decidieron que ya no podían soportar más los abusos y comenzaron a planear su fuga, desvela Gimeno.
Durante los breves periodos de descanso dominicales, se reunían en la casa de un familiar cercana al cuartel, donde surgieron los primeros planes. Tras varios episodios traumáticos, incluso con compañeros que llegaron a pensar en el suicidio, acordaron que debían escapar. La estrategia que idearon fue sencilla, casi improvisada, y Matamalas recuerda la operación como "una película de Pajares y Esteso". Sorprendentemente, nadie notó su ausencia aquella noche.
"¿Estáis seguros de lo que vais a hacer?"
Su siguiente paso fue buscar un medio de comunicación para dar visibilidad a su situación. Tras varios intentos desde una cabina telefónica, consiguieron contactar con Antena 3. Tras hablar con la señora de la limpieza, unos periodistas se pusieron en contacto con ellos y les hicieron una entrevista en exclusiva donde explicaron que su objetivo no era desertar ni desobedecer, sino denunciar los abusos que se cometían en la mili. Al finalizar el reportaje, un cámara les preguntó: "¿Vosotros estáis seguros de lo que vais a hacer? Esto es un bombazo", rememora Gimeno.
A pesar de sus temores iniciales, la cobertura mediática les proporcionó la protección y la visibilidad que necesitaban para que su caso no quedara en silencio. "Queríamos denunciar unos hechos que estaban allí tapados, callados y tolerados", recalca Burgas.
Finalmente, los 18 soldados decidieron entregarse acompañados de los periodistas. El recorrido hasta el juez togado militar estuvo marcado por una mezcla de euforia y nerviosismo, desvelan. Para ellos, la operación fue un éxito: lograron denunciar públicamente los maltratos, y la repercusión fue mucho mayor de lo que esperaban. Aquella fuga, que había comenzado como un acto desesperado, terminó convirtiéndose en un hito de visibilización de los abusos dentro del Ejército español.
Así lo contó Antena 3
"¿Queréis veros llegando al gobierno militar contado por las noticias de Antena 3 en aquel año?", les pregunta Gonzo. Todos asienten con entusiasmo y creen que, seguramente, sea la primera vez que lo ven. "Sedición podía ser el delito por el que se les encausara y la pena sería de 1 a 10 años para los ejecutores y de 2 a 15 para los cabecillas", contaban en los informativos de la época.
Cuando llegaron al Gobierno Militar, ya les estaban esperando. "Cuenta la leyenda que el general de la base se enteró llegando a la base por la radio y se pilló un cabreo...", cuenta Burgas.
La prensa también se apostaba a las puertas esperando su llegada, no solo de Antena 3, sino de otros muchos medios de comunicación. El fenómeno mediático no había hecho más que empezar. "Si no vamos con la televisión, sí que nos meten 15 años cárcel", cree firmemente Membrilla.