El Prestige no era el petrolero más puntero, ni el más preparado para hacer frente a circunstancias extremas. El periodista Xosé Manuel Pereiro asegura que siempre se ha definido al barco como "una chatarra flotante", a lo que el extripulante José Carmelotes añade que estaba "corroído y oxidado".
"El Prestige era un barco viejo", añade el periodista Gonzalo Cortizo. La tripulación del Prestige estaba conformada, en su gran mayoría, por tripulantes filipinos. La razón la da Carmelotes en Salvados: "Era así porque a nosotros podían pagarnos menos. Los tripulantes europeos cobran salarios más altos que los filipinos".
Pereiro agrega que se trataba de la tripulación que se podía tener "por un sueldo de 500 a 700 dólares mensuales". "A lo mejor algunos tenían experiencia, pero la mayoría eran filipinos y niños de 16 años", explica José Luis López Sors.