Antes de pasar a la lucha armada
Putxi, Olaso y Gomáriz cuentan en Salvados por qué se afiliaron al FRAP: "El PCE de Carrillo era pacifista, el FRAP representaba la ruptura"
Salvados reconstruye la historia del último de los fusilados por el régimen franquista, Xosé Humberto Baena, miembro del FRAP. José Luis Puicercús 'Putxi', Julio Gomariz, Juan Olaso y José Luis Morales recuerdan su relación con Baena y qué significaba ser de esta organización.

"¿Por qué di el paso hacia el FRAP? Porque mis amiguetes del barrio eran de esa organización. Y entonces, pues me metí, me volqué", reconoce José Luis Puicercús 'Putxi' en este reportaje de Salvados dedicado a reconstruir la historia del último fusilado del franquismo, Xosé Humberto Baena, miembro también del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota.
Con el fin de conseguir este propósito, Gonzo reúne en este documental a los hermanos del ejecutado - Flor y Fernando Baena-, cuatro exmiembros del FRAP -entre ellos, Putxi-, al abogado de otro histórico de Frente, Pablo Mayoral, y al periodista y autor de 'El verano de los inocentes', Roger Mateos.
Qué era el FRAP
En este programa de laSexta, Mateos hace una radiografía del FRAP. La organización antifranquista, que apareció en 1971 como un frente político, es definida por el periodista como "un cajón de sastre", ya que aglutinaba a distintos sindicatos "de trabajadores, de estudiantes, de mujeres..." con un integrante por encima de los otros: "el PCML, el Partido Comunista de España Marxista Leninista".
"Militar en el FRAP era hacer reuniones, poner carteles, lanzar octavillas, recoger dinero para los presos políticos, para cajas de resistencia en las huelgas y hacer manifestaciones", asegura Juan Olaso, un exmilitante que fue detenido con Baena el 22 de julio de 1975. "Yo estuve fundamentalmente haciendo algo de propaganda en casa. Teníamos una vietnamita (una impresora manual de octavillas)", cuenta Julio Gomáriz.
Actos de castigo y cócteles molotov
Al principio, solo distribuían información y panfletos, pero poco a poco "empezaron a llegar ya más citas para actos violentos, actos que llamaban de castigo". "Consistían normalmente en atacar empresas, normalmente multinacionales americanas; les tiraban piedras a las lunas o, algunas veces, se tiraban cócteles molotov", explica Gomáriz a Gonzo.
Putxi 'presume' de ser uno de los que mejor tiraba los cócteles. "Me estoy poniendo una florecita. No. Es que todos tiraban el cóctel hacia el coche de la Policía cuando estaba ahí, pero cuando el coche llegaba, el coche ya estaba allí. ¿Qué hacía el Putxi? Tirar el cóctel delante del coche de Policía. Entonces, se encontraban coche y cóctel. Entonces, claro, era un tío cojonudo", cuenta con cierto amargor.
El PCLM y su diferencia fundamental con el PCE de Carrillo
Detrás de la dirección del PCML (Partido Comunista Marxista Leninista) estaban Elena Ódena y Raúl Marco, detalla Roger Mateos. "Ellos vivían en Ginebra, en Suiza, habían pertenecido al PCE de Carrillo y se habían escindido para fundar este partido estalinista", aclara.
"El PCE de Carrillo era un partido casi pacifista. Hablaban constantemente de la vía pacífica al socialismo", comenta Putxi. "Se sabía que Carrillo había optado por eso, y el FRAP representaba la ruptura", añade Olaso, quien desgrana además el programa de seis puntos del frente.
"Planteaba la República, la eliminación de los restos coloniales, la reforma agraria sobre la base de una confiscación de los latifundios" además de "expropiar los bienes monopolísticos, derrocar a la dictadura fascista y expulsar al imperialismo yanqui", enumera a dos voces junto a Gomáriz. "Unos puntos totalmente asumibles por cualquier movimiento de liberación que se precie", concluye el último de ellos.
El paso a la lucha armada
Putxi recuerda cómo solían saldarse las manifestaciones y actos que llevaban a cabo en los que intervenía la Policía o, como ellos llamaban, "las fuerzas represivas". "Daban cera por un tubo. Tiraban botes de humo, tiraban pelotas de goma, golpeaban, disparaban. Incluso disparaban. Se han dado casos de muertos en manifestaciones", destaca.
"Aquel era un régimen terrorista en una dictadura fascista. No hay nada como ver una carga de la Policía a caballo como para coger conciencia de lo que es una dictadura", destaca Olaso. Por supuesto, estaba prohibido ser militante de este tipo de organizaciones, partidos o sindicatos.
El atentado de la calle Alenza
En 1975, el FRAP decidió pasar a la lucha armada. El asesinato del policía Lucio Rodríguez Martínez, de 23 años, marcó un punto de inflexión: fue el primer atentado mortal reivindicado por el FRAP, y también el detonante de una represión feroz por parte del régimen franquista, que aprovechó el caso para golpear duramente a toda la organización.
El régimen culpó a Xosé Humberto Baena de ser el autor material y lo condenó a muerte. Humberto fue fusilado el 27 de septiembre de 1975 junto a otros dos miembros del FRAP -José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz- y otros dos militantes de ETA.
Él fue el último fusilado del franquismo y hoy Salvados reconstruye paso a paso su historia. En agosto de este mismo año, 50 años después, el Gobierno de España declaró nula e ilegítima la condena de muerte de Baena, reconociendo su carácter injusto y arbitrario. Además, pocos son los que dudan de que Baena no fue quien apretó el gatillo.
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