Un estudio de la Fundación Pfizer asegura que hay un 44% de personas que tienen miedo a perder su trabajo y un 80% a no encontrar trabajo nunca. “Los medios de comunicación son los que han favorecido esa cultura del miedo a través de las malas noticias”, explica el filósofo del Centro Superior de Investigaciones Científicas Txetxu Ausín. Unas noticias, que “provocan las medidas de urgencia”. Y es que “nos hemos creído que no hay alternativas”, aclara Évole.

Ausín asegura que “es muy fácil para el poder establecer guerras de pobres porque si estamos desunidos, ellos lo tienen mucho más fácil”. El periodista le enseña al filósofo una noticia que refleja lo contrario que él habla: la unión y organización de los ciudadanos.

En 2012, se contabilizaron unas 36.000 manifestaciones en España, “un indicativo de que la gente está cabreada” pero a su vez, “son una válvula de escape” que interesa al poder para que todo siga igual. El poder las utilizan como “una terapia para la sociedad”, explica Jordi. Aunque “hay que manifestarse y hay que organizarse”, comenta Txetxu.

En España, hay tres millones de personas en pobreza extrema y para seguir adelante “las redes familiares están siendo un colchón crucial en esta crisis”. Muchas familias viven de las pensiones de los abuelos. A parte de esa solidaridad familiar, otro factor que les hace seguir adelante es “el volumen de la economía sumergida”,  entono al 20% del PIB.

La aparente normalidad que se aprecia en la vida de los españoles quiere demostrar que “que la vida tiene mucha fuerza, que las personas queremos seguir saliendo, pero claro hay otra realidad como los comedores sociales”, comenta Ausín. “Debajo de esta superficie de aparente normalidad hay toda una corriente que nos dice que la vida sigue pero no sigue igual”.