Encima de las vías de la línea uno, donde se produjo el accidente de metro de Valencia de 2006, se encuentra Jordi Évole con Jorge Álvarez, maquinista de la línea de FGV desde hace 22 años.

A las pocas horas de producirse el accidente él llegó allí. Entró con unos compañeros en el túnel y estuvieron haciendo mediciones y comprobaciones para ver qué pudo pasar. El accidente se podía haber evitado "se pueden prever los accidentes", asegura el maquinista. Había un informe donde se indicaban unos puntos negros en las vías. Se presentó muchos meses antes. "Se podía haber evitado si se toman medidas".

En ese punto de la vía donde pasó el siniestro, había un bache con un alabeo. Cuando se entraba con el tren "te mandaba a la derecha y te lanzaba a la izquierda", explica Jorge Álvarez. La vía se fue deteriorando y se marcaron límites de velocidad porque la vía cada vez era peor.

"Si hay una precaución de 70 km por hora, en aquella curva tiene que tener una baliza de frenado automático puntual para indicar al tren que no puede circular a más velocidad. La baliza existía, pero no se programó para que diese la orden al tren". El accidente se podía haber evitado, cree que hubo negligencia.

Jorge siguió buscando motivos y se dio cuenta de que los cristales estaban enrollados "como una manta". Los marcos se soltaron de la estructura del tren. Los cristales llevaban una lámina de plástico para que fueran más seguros. El problema fue que el marco "de una patada se caía". Cuando el tren sale volando y vuelca, los viajeros sentados caen sobre los cristales que se enrollan, los viajeros caen por el hueco, el carril los mete para dentro y los trituraban.

"Eso fue una trituradora, 120 metros triturando personas" porque los cristales no aguantaron. Se utilizó una silicona de "andar por casa" y si los cristales hubieran estado bien fijados "no hubiera habido tantos muertos".

No fue la única anomalía que se encontró el maquinista. "Desapareció el libro de averías", comenta. Algo importante, porque el trabajador podía haber reflejado alguna anomalía del tren. No pudo haberse destrozado en el accidente "se lo tuvo que haber llevado alguien".

Jorge ha tenido problemas por hablar claro con la empresa. Tiene algún expediente laboral y tiene un juicio por un expediente disciplinario. Sigue habiendo miedo entre sus compañeros. "Tenemos una dirección muy dura y castiga a quienes discrepan de su opinión". Sin embargo, él sigue hablando "por tratar de explicar a los familiares y darles el apoyo moral de que se había podido evitar el accidente y que su lucha no es injusta", comenta el maquinista.