“Identidad cristiana, excelencia académica, bilingüismo, las nuevas tecnologías y la atención personal”, estas son las características que Alfonso Aguiló destaca de su colegio católico Arenales, en Carabanchel.
Cuenta a ‘Salvados’ cómo funciona su centro, ubicado en terreno público: “Se paga una cantidad de 8.000 euros al año, es una cifra pequeña porque se busca que la enseñanza sea lo más costosa posible”. Además, revela que reciben un millón y medio de euros de dinero público.
A raíz de este tema, lamentó que la Iglesia no sea mejor conocida por los ciudadanos, un problema del que, dice, tienen gran parte de culpa los católicos.
Sobre la educación segregada en su colegio, cree que con ese sistema “se tiende a la igualdad” pese a lo que se podría pensar en un principio. “En los Juegos Olímpicos se hacen pruebas distintas para hombres y para mujeres y no va contra la igualdad, les parece que es bueno”, justifica Aguiló.
A la pregunta de si le parece España un país aconfesional, Aguiló cree que sí "porque precisamente no hacer eso sería discriminar por razón de religión a determinadas escuelas". Por último, concluyó afirmando que la religión católica no tiene ninguna posición de favor, sino más bien todo lo contrario, ya que "es una religión muy atacada y a veces discriminada".