Raquel y Alfredo viven de alquiler en viviendas sociales en el Ensanche de Vallecas. La propiedad de sus pisos ha cambiado de manos. Antes eran de la Administración Pública y ahora son de Encasa Cibeles, una empresa de Azora. A simple vista, no parece haber ningún cambio, pero Raquel se pregunta qué pasará cuando en dos años quiera comprar el piso.

Alfredo explica que la Comunidad de Madrid ha vendido todo el patrimonio de viviendas públicas de toda la Comunidad a un precio de saldo. Se han vendido 3.000 viviendas por 201 millones de euros. Haciendo cuentas, cada piso al fondo de inversión le ha costado 67.000 euros de media. Sin embargo, quieren vendérselo a Alfredo por 160.000 euros y a Raquel 150.000 más IVA.

“Las viviendas de la Comunidad de Madrid son viviendas públicas que se han hecho con el dinero de todos los madrileños y entonces facilitar el negocio a una empresa privada no entra dentro de la ética”, comenta Alfredo.

Enrique Villalobos es el representante de la Asociación de Vecinos del barrio y cree que “es un disparate social” lo que se está haciendo. Lo que más les preocupa es que la Comunidad de Madrid ha ido concediendo una serie de ayudas a la reducción del precio de la vivienda a familias necesitadas. Ahora, como las viviendas son propiedad de una empresa privada, “las ayudas desaparecerán”. Esas familias tendrán que dejar sus casas y Azora les ofrecerá otra vivienda más barata en otro lugar.

El problema viene cuando empiece a concentrar a familias que sólo pueda pagar una serie cantidad de dinero en los mismos edificios y cuando haya gente que no pueda pagar, no les dará ninguna vivienda. “Volveremos a tener poblados en Madrid, volveremos a tener a gente excluida, volverá el chabolismo vertical y  volverá aquello de habitación con derecho a cocina”, explica Enrique.