El experto en seguridad informática Chema Alonso le explica a Jordi Évole que la gente rellena sus datos personales en cualquier página web y en las redes sociales lo hace de forma proactiva. Si se manda un email o se suben fotos a Facebook de manera privada, a todo eso se puede tener acceso. “Internet no se creó como una herramienta híper segura. De hecho no hay una legislación que lo proteja a nivel mundial”, asegura

Chema es uno de los mejores hackers de España y del mundo. Se dedica a dar conferencias por todo el mundo. Comenta que para él un hacker siempre es alguien bueno. “Lo que está haciendo es investigar la tecnología intentar llevarla mucho más allá de los límites y en el caso de los que nos dedicamos a seguridad informática, encontrar los fallos de seguridad que tenga la tecnología para que sean arreglados”. Muchos usuarios temen que sus comunicaciones privadas puedan ser espiadas y “por desgracia es así”.

La red Wi-Fi gratuita es una fuente fácil para que puedan espiar. “Es uno de los trucos más antiguos de la comunidad hacker… Una vez que se conectan, tú tienes acceso a todos los datos que está enviando a Internet. Entre ellos, los usuarios y las contraseñas.”

"Podría hackear cualquiera que tuviera un teléfono móvil"

Chema podría espiar, desde el aeropuerto que dispone de Wi-Fi gratis, a todas las personas conectadas. “Lo podría hacer yo y cualquiera que tuviera un teléfono móvil”. El hacker le demuestra a Évole cómo se hace. Asegura que se tarda en hacer “nada” de tiempo.

“La gente piensa que es más complicado, que hay que tener unos conocimientos extraordinarios para hacer esto”, pero “basta con ir a Internet” para encontrar conferencias, documentos, herramientas y tutoriales que enseñan cómo hacerlo.

Con una Wi-Fi personal también se puede hacer “desde el router”. Para hackear una cuenta, basta con bajarse una herramienta gratuita o si se quiere un programa más elaborado, comprarlo por un precio económico.

Para espiar a alguien a través de un teléfono móvil, lo primero que hay que hacer es instalar un virus. Una vez instalado, se puede empezar a espiar en cinco minutos. Se pueden ver fotos, llamadas, mensajes, correos… y graba hasta conversaciones telefónicas. También se puede ver la ubicación de la persona que lleva el móvil.