José Mujica nació en un barrio pobre, trabajador, obrero.  “Ha mamado cuestiones vinculadas con los sindicatos, con la lucha trabajadora, pero también con el hombre y la mujer de campo gracias a sus abuelos”, explica el periodista Walter Pernas.

Hay un pasaje en la vida de Pepe Mujica, que es que formó parte de la guerrilla, fue un tupamaro.  Se hizo guerrillero porque “las libertades de los trabajadores eran muy pocas. Había represión a quienes se manifestaran en las calles, había gobiernos de mano dura”, comenta el periodista.

Mujica cayó como guerrillero, tras haber sido apresado varias veces. “La cuarta vez que lo detienen es la definitiva, es la vez que termina en la cárcel por muchos años, desde el 72 hasta 1985, sufriendo la tortura permanente. Golpizas permanentes, nunca podía ir al baño, que no le dieran comida, que no le dieran atención médica... Que se fuera muriendo de a poco, como una bestia, ¿no?”, cuenta Pernas.

Llegó a estar al borde de la muerte varias veces. “En una oportunidad le tocó estar como dos años en un calabozo subterráneo que medía un metro por dos metros. Y llegó a estar al borde de la locura también. Creo que pasó la racha de la locura. Él lo reconoce que estuvo loco por un tiempo, por decirlo así, ¿no?”.

Aparte de ser presidente ahora,  Mujica antes ha ocupado otros cargos. Primero fue diputado, luego senador y luego candidato y presidente de la República. Él pertenece al Frente Amplio, el partido más votado de los últimos años en Uruguay, conformado por pequeños sectores de izquierda. “Hicieron un conglomerado, un ‘frente amplio’ de izquierda para disputar en las elecciones la carrera electoral contra los partidos tradicionales, los blancos y los colorados.  Y ahora están en el gobierno”, asevera Walter.

De Mujica se han hecho famosos discursos como: “Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales. Y ocupamos el templo con el dios mercado. Él nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida, y hasta nos financia en cuotas y tarjetas la apariencia de felicidad. Parecería que hemos nacido solo para consumir y consumir. Y cuando no podemos, cargamos con la frustración, la pobreza y hasta la autoexclusión”. Un discurso muy duro contra el consumismo, en el que él predica con el ejemplo.

“El presidente vive en un lugar muy pobre, consume muy poco, se viste con lo que tiene a mano. Ahora tiene que vestirse mejor para ciertas visitas internacionales de pronto, pero es más feliz con una camisa, una guayabera, o una camisa por fuera del pantalón y unas chancletas”, asegura el presidente.

Hace 10 años, en Uruguay,  los índices de pobreza llegaban hasta el 40% y el año pasado superaron por poco el 10%. Esto se ha conseguido pagando el IRPF, que antes no existía en Uruguay. “Se está pagando y recae sobre la porción más chica de la población. De acuerdo a lo que informa el Gobierno, eso también ha permitido repartir un poco mejor la riqueza, aunque en ese aspecto falta mucho por hacer todavía”, comenta Walter.

Fuera de Uruguay se han hecho famosas leyes que ha impulsado el Gobierno de Mujica. Como la que permite que los homosexuales puedan casarse en Uruguay,  la despenalización del aborto, o la despenalización del tráfico de marihuana.