El fotoperiodista Sergi Cámara y Jordi Évole se encuentran en el monte Gurugú, el último paso para los jóvenes africanos que hacen la ruta hacia Europa, a 1,5 kilómetros de Melilla. Muchos le llaman "El infierno ante el paraíso", porque “están cerca de la puerta de Europa, pero es un lugar donde los inmigrantes lo pasan muy mal por las redadas de la Policía marroquí, no encuentran comida, les maltrata la Policía y tienen que dormir en malas condiciones aquí en el bosque, aguantando el frío, la lluvia y todo”, explica Sergi.

Actualmente podría haber unas 500 o 600 personas viviendo en el Gurugú, organizadas por comunidades. Están los de Camerún, los de Mali, los de Gambia, los de Guinea Conakry, Guinea-Bissau... Explica que antes no había tanta expectación mediática por un sitio como ese. “Empecé en 2004 y casi estaba solo aquí. Nadie estaba trabajando el tema. Siempre que hay un salto grande llega la prensa al momento,  pero luego al cabo de dos días, se va”

La presencia policial no existe, “parece ser que ahora les dejan estar aquí, cosa curiosa. No sé si hay conveniencia entre los dos gobiernos. Igual les interesa que haya saltos masivos, a España también, para alertar a Bruselas de que esto tiene que arreglarse y recibir algún dinerito. La Policía marroquí si quiere esto lo limpia en un momento. Eso es que quieren que estén aquí. Marruecos cuando quiere, utiliza a los inmigrantes como unidad de cambio”, asevera.

"Aunque les pongas toda la valla llena de cuchillas, lo intentarán"

Del salto masivo que se produjo el 18 marzo se ha sabido lo que pasó con los que lograron saltar la valla y entrar. Sin embargo, no se supo nada de los que quedaron en el camino o no fueron capaces de saltarla. “El último salto hay constancia de que un coche de la Policía marroquí embistió al grupo y mató como mínimo a dos personas. Muchas veces estos cuerpos no se sabe ni dónde se entierran, desaparecen. Luego, cuando los pillan en la valla del lado marroquí, también les dan cantidad de golpes en los pies, las rodillas, los tobillos, para que no puedan volver a bajar y saltar la valla”, explica el fotoperiodista.

El salto de la valla es la forma más barata de entrar en España porque “solo tienes que saltar la valla por tu propia cuenta. La mayoría que están aquí son los que se han quedado sin dinero y por eso salta a la valla. Con dinero...  Puedes entrar escondido en un coche o puedes entrar con una barca”, comenta Sergi.

Los que viven en el monte Gurugú son conscientes de que Europa no pasa por su mejor momento y de que España es un país en crisis donde ya hay más de cinco millones de parados, casi seis, pero “muchos dicen que van a pasar de largo. España se va a convertir para ellos en un país de paso porque saben que no hay trabajo y esta gente solo viene para trabajar. Si no hay trabajo en España, se van a ir a Francia, Alemania o Inglaterra”, asegura Cámara.

Además, “la mayoría tienen estudios, son jóvenes preparados como muchos de los jóvenes españoles que se van. Ellos deciden irse igual que nuestros jóvenes españoles  para buscarse la vida. Igual, ellos lo mismo. Lo único que ellos han tenido la mala suerte de nacer al otro lado de la valla. Aunque les pongas toda la valla llena de cuchillas, lo intentarán. Porque están decididos, no van a volver atrás”, asevera.