Uno de los pescadores explica que “cuando empezaron a poner la térmica, toda la gente de las minas de Riotinto, cuando aquello cerró, a esa gente la recogieron aquí. Es una buena noticia porque hay trabajo, va a reflotar Huelva es una capital”. Y es que la ciudad ha crecido gracias a la industria. “Huelva antes eran cuatro calles. Hoy Huelva está preciosa. ¿Qué pasa? Que todo esto tiene un precio. El precio es la salud”, asevera.

El pescador comenta que el problema es que “es la pescadilla que se muerde la cola. Tenemos industria. Tenemos trabajo. Tenemos contaminación, tenemos enfermedad. Quitamos las industrias, ¿de qué vivimos? Quiero vivir, quiero mantener a mis hijos, quiero pagarles un colegio a mis hijos, quiero esto; pero ¿cuál es el precio que tenemos que pagar? Este”

Y es que la contaminaciónha matado a 13.000 familias con cáncer. Al último que se ha llevado ha sido con 40 años, un sobrino mío. En la flor de su vida y en 20 días se lo llevó el cáncer. Una hermana con 52 y otra hermana que está ingresada”, comenta otro pescador. Aunque no es la única enfermedad que están padeciendo los ciudadanos de Huelva. “Personas con problemas de tiroides hay muchísimos, un índice muy alto”.

El Tribunal Supremo, hace cuatro años, prohibió que hubiese más vertidos, que el fosfoyeso no se podía tirar en las Marismas del río Tinto. Una buena noticia para la población pero cuando se dieron cuenta de que si se dejaba de verter, la empresa iba de dejar de funcionar, las impresiones cambiaron. “O tenemos todos los meses una nómina que cobrar o tenemos esto”, concluye el pescador.