"Si alguien nos está viendo ahora que ha sufrido abusos en el seno de la Iglesia, ¿usted le recomendaría que denunciase?", así ha sido la
pregunta que Évole le ha formulado al papa Francisco, a lo que el pontífice ha
contestado con un tajante "por supuesto".
El papa asegura que alentar a la denuncia fue una de las
conclusiones que se sacó de la cumbre sobre los abusos, una respuesta que Évole
ha aprovechado para recordar que muchas víctimas no salieron contentas.
"Yo los entiendo, porque uno busca a veces que sean hechos
concretos en el momento. Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado a cien curas en la
plaza de San Pedro, abusadores, qué bien, ya hay un hecho concreto. Hubiera
ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, sino iniciar procesos
sanadores que se metan en la cosa. Las cosas concretas de la cumbre fueron
iniciar procesos", asegura el pontífice.
Sobre la definición que hizo la periodista Valentina
Alazraqui sobre los abusos, en la que aseguraba que "habían sido como una
enfermedad contagiosa que, al no avisar, al no informar se fue propagando", el
papa ha apuntado que "eso es lo que sucedió con los abusos en cualquier lugar": "Al cubrir, se propaga".