Esta pareja regentaba el restaurante Andreu, en el cruce de Andorra, pero uno de sus hijos sufrió un terrible accidente y se quedó en estado vegetativo, lo que les llevó a dejar el negocio antes de tiempo: "Dejamos el restaurante y nos dedicamos a cuidarlo hasta que se murió".

Emocionados, explican que estuvieron "cuidándole durante 12 años y todavía estarían haciéndolo. "Yo no dejo de darle gracias a dios o a quien sea porque nos mantuvo bien, tenía que levantarme dos veces cada noche a darle la vuelta", señala el hombre.

"Tenías que levantarte y darle de comer con una jeringa, ponerle en la silla, cambiarle los pañales. Estaba tan acostumbrada que habría continuado toda mi vida", asegura la mujer.

Recuerdan que los médicos, cuando "iba a alguna revisión", les decían "en las condiciones que está, puede durar cinco o seis años", pero finalmente pasaron 12 años hasta que falleció.

Pero esta no es la única historia emotiva que se ha encontrado Jordi Évole. También ha entrevistado al conductor del autobús del Atlético de Madrid, que accedió a ese puesto de trabajo para honrar "la memoria" de su hermano, que era aficionado a este equipo y falleció años antes.

Además, una joven ha contado cómo es vivir alejada de sus padres por motivos de trabajo: "Siempre están fuera de casa, pero intentan saber de nosotros".