Gerardo Iglesias era minero de base y tenía militancia política. Poco a poco fue progresando hasta que llegó a la secretaría general del Partido Comunista. Algo que no se explica cómo pasó y que niega que fuera por adular al secretario general del partido. “Yo no hago la pelota ni a Dios. Nunca la hice”, confiesa.

Cuando fue diputado no se sentía privilegiado a pesar de tener un coche del partido, eso sí de “segunda mano” y una casa en la que el partido le pagaba el alquiler. “Esos eran mis privilegios, no tenía otros”. Gerardo explica que empezó  siendo secretario general del PCE con un sueldo de “80.000 pesetas”, y cuando fue diputado “ganaba más de 200.000 pesetas”, pero aclara que esa nómina la cobraba el partido y le asignaron un sueldo que era mucho más bajo.

"No tuve una mentalidad de hacer de la política una profesión para toda la vida"

Cree que en aquella época no le podían decir que era de la ‘casta’. “No creo que hubiera motivos para que me lo dijeran, pero a lo mejor tenían razón”, comenta. Un término que asevera que en este momento “ha sido un acierto”. El fundador de IU pone el ejemplo de la entrega de los premios Príncipe de Asturias. Explica que en la calle había miles de personas pidiendo la República pero que sin embargo, no se vio en televisión porque vallaron todo, por donde pasaban las autoridades y los premiados.  Y para acallar a los que protestaban pusieron música muy alta. “Esa es la casta y la separaron por vallas”, comenta el antiguo diputado.

A Gerardo Iglesias no hace mucho que le concedieron la Medalla de Plata, que aceptó “por no hacer un feo”. Se la llevó Álvarez Cascos a casa. “La acepté porque dije: ‘No sé si se va a montar más follón  negándome o cogiéndola’”, explica. Además, confiesa que no se dijeron nada, se hicieron una foto para el recuerdo y nada más.

El fundador de IU asegura que para él irse de la política no fue nada costoso porque no pensaba que fuera un trabajo para siempre: “No tuve una mentalidad de hacer de la política una profesión para toda la vida”. Además, asevera que hubiera seguido en política si IU hubiera seguido evolucionando por donde originariamente quisieron.

El secretario general del Partido Comunista de España explica que si le hubiesen ofrecido un cargo en el Consejo de Estado, no lo hubiera aceptado porque es un antisistema. “Soy anti este sistema. No es que sea anti sistema democrático, es que soy anti este sistema, que es muy poco democrático,  y que además está muy corrompido. Y claro, en este sistema no iría yo al Consejo de Estado, ni a un sitio parecido”, confiesa.