El exsecretario general del Partido Comunista de España Gerardo Iglesias cree que “el Parlamento es un dolor, porque se miente tanto que espanta”. El fundador de IU “¿Quién se puede creer que Rajoy que los dirigentes del PP no conocían todo el entramado? ¿Quién se puede creer que Griñán, que Chaves no lo conocían? No se lo puede creer nadie. Encima nos toman el pelo,  nos consideran gilipollas”, comenta el exdiputado.

En 1991, Gerardo Iglesias se ve forzado a abandonar la mina donde trabajaba. Tras una caída de 15 metros, le diagnosticaron invalidez permanente. Hoy en día vive con los ingresos de la pensión que tiene que repartir con sus dos hijos, uno de ellos en paro. “No tengo otros ingresos”, asegura. Y es que no cobra pensión como exdiputado.

"Hay que iniciar un proceso constituyente y refundar una nueva democracia"

El fundador de IU dijo justo el día que volvió a la mina, en 1989: “Mi actitud es, pero sólo indirectamente, una réplica a tránsfugas, pesebristas y políticos que se aferran a sus cargos a cualquier precio”. Mucho no cundió el ejemplo. El exdiputado, critica así las puertas giratorias. “Es repudiable, asqueroso… que se llegue a la política, se privatice una empresa y cuando te sales de la política entras por la puerta de la empresa que has privatizado previamente”, comenta.

El exsecretario general del Partido Comunista de España cree que “el Parlamento es un dolor, porque se miente tanto que espanta”. “¿Quién se puede creer que Rajoy que los dirigentes del PP no conocían todo el entramado? ¿Quién se puede creer que Griñán, que Chaves no lo conocían? No se lo puede creer nadie. Encima nos toman el pelo,  nos consideran gilipollas”, comenta el exdiputado.

Gerardo Iglesias recuerda una imagen de Alfonso Guerra en el Parlamento, cuando la oposición criticaba la corrupción ya institucionalizada de Felipe González. “Alfonso Guerra desde la tribuna airea unos documentos, diciendo ‘No sigan por ahí porque yo tengo aquí mucho material’. La respuesta no es: ‘Vamos a intentarlo corregir’. No, la respuesta es lo que sigue ocurriendo”, comenta. “Hay que empezar a restituir la historia tal como pasó, y a partir de ahí, hay que iniciar un proceso constituyente y refundar una nueva democracia”, propone.

El fundador de IU considera que la vida no le ha tratado bien. “A los 12 años estaba trabajando en la construcción. A los cinco años vi reventarle a mi padre el vientre delante de casa, pisándolo las fuerzas de Franco. Yo mismo pasé algunos años en la cárcel. Estuve muchos años en el PCE y dejé de estar. Fui fundador de Izquierda Unida y dejé de estar en Izquierda Unida. Pero no soy ningún renegado, ni estoy desmoralizado. La vida es así”, confiesa. “Seguramente que pude haber hecho más cosas positivas y seguramente que he hecho cosas que están muy mal hechas pero bueno, grosso modo, mi conciencia está tranquila”, concluye.