Alassane Diakité salió a los 16 años de Mali, la edad ideal para fichar por un gran equipo. Sin embargo, un representante que colaboraba con el presidente de su equipo en Mali le engañó. “Ellos me compararon con Eto'o. Es lo que me dijo el representante. El nuevo Eto'o, claro. Y entonces yo me reía. Claro, era imposible. Y entonces ya soñaba y confiaba más en ese sueño”, le comenta a Jordi Évole.

Su familia tenía que hacer el esfuerzo para pagar los gastos del viaje. “Nos costó unos 3.000 euros. Para una familia pobre en África es muy duro”, comenta.  El representante le dijo que iba a ir París y desde París le iba a llevar al Marsella y al París Saint-Germain, para conseguirle un sitio en uno de estos equipos. Pero, al final, ni siquiera le llevó. Cuando llegaron a París, le llevaron a un equipo de barrio.

"Su propio hijo me dijo que era mejor que me buscara la vida"

Se dio cuenta de que le había engañado “cuando su propio hijo me dijo que era mejor que me buscara la vida, que su padre era incapaz de conseguirme algo”, explica. Al poco tiempo logró llegar a Madrid gracias a su primo que le ayudó a pagar el billete de avión. Ahora juega en el Canillas. “No pueden hacerme un contrato porque la ley no lo permite  y tampoco me pueden pagar un dinero porque no hay, pero sí intentaron hacerme una condición que me permita tener estabilidad”, asevera.

Lo que hace es jugar con el primer equipo y entrenar a los niños. Gracias a eso “hago cara a los problemas de devolver poco a poco el dinero de mi familia”, es decir, paga la deuda que tenía cuando fue de Malí a Francia.

Es fácil engañar a gente como Alassane Diakité porque están necesitados y tienen hambre. Además, asegura que sigue habiendo representantes que engañan a chavales jóvenes que quieren ser futbolistas. Es más, le han ofrecido hacer ese trabajo. “Me ofrecieron que querían trabajar conmigo y yo no lo acepté porque veo que es algo sucio. Mi conciencia no me deja”.

Alassane todavía sueña con ser futbolista profesional “aunque sea poco tiempo, lo que sea, sueño con él, porque en este mundo lo que me gusta es el fútbol y no he podido estudiar ni hacer otra cosa. El fútbol me lo debe, sinceramente”, asevera.