Hace 20 años ,el miércoles 13 de noviembre de 2002, tuvo lugar una llamada en la que se avisaba de que había un petrolero hundiéndose con 77.000 toneladas de fuel en su interior y 27 tripulantes. Una catástrofe que tuvo una rápida respuesta ciudadana, y es que personas de diferentes lugares decidieron ir a ayudar.

Un momento que unas mariscadoras recuerdan con gran emoción. "Todos los días estaba llegando gente", explica una de ellas sin poder contener las lágrimas al rememorar cómo fueron aquellos días, y es que el papel de los voluntarios fue crucial. "Si no fuese por ellos, todavía estaríamos con la mierda al cuello", asegura otra de las personas que estuvo presente cuando sucedió la catástrofe del Prestige.