En Salvados

Elvira Lindo reconoce que Manolito Gafotas es un orgullo, pero también "una losa": "Me encasilla, porque él es más popular que yo"

El personaje de Elvira Lindo es todo un fenómeno que lleva acompañándonos durante 30 años, traspasando fronteras y generaciones. Pero, ¿cómo vive la escritora que Manolito Gafotas sea más conocido que ella misma? La autora se confiesa en Salvados.

Elvira Lindo reconoce que Manolito Gafotas es para ella un orgullo, pero también "una losa": "Me encasilla, porque él es más popular que yo"

Si fuera una persona real en vez de un personaje literario, Manolito García Moreno (Manolito Gafotas) tendría ya 40 años. Sin embargo, su vida se ha quedado atrapada en la niñez, esa que hoy recuerda con tanto cariño su autora, Elvira Lindo, en Salvados. La escritora repasa en el programa de laSexta su trayectoria vital y profesional, en una conversación con Gonzo marcada por la reflexión sobre la infancia, la escritura y el peso de este personaje que ha trascendido generaciones y fronteras.

Un personaje que, no duda en admitir Elvira, le produce sentimientos encontrados. "Me hace sentir muy orgullosa. Y luego también, claro, te encasilla. Tengo otras novelas, otros tonos, pero hay gente que solo me conoce por eso, porque el personaje es más popular que yo", reconoce con franqueza.

Los orígenes de Manolito Gafotas

El carácter de su célebre protagonista infantil -que nació en la radio- no fue un invento, sino un reflejo de sí misma; ella inventó "un barrio, una casa y una familia", pero no puso nada de imaginación en crear el alma de Manolito. Manolito es ella.

Lo sorprendente fue que en lugar de surgir una niña, como quizá podría esperarse, apareció un niño: "A lo mejor tenía un alma de niño en aquel momento, no lo he pensado", le responde a Gonzo tras hacer esta observación.

El fenómeno de Manolito Gafotas

Para su sorpresa, Manolito se convirtió en un espejo en el que muchos pequeños (y no tan pequeños) lectores y lectoras se vieron reflejados y encontraron compañía. "Sé que muchas niñas, en la soledad de su habitación, de repente encontraron un amigo con complejos, celos, ilusiones o envidias, que se expresaba con gracia y con sentido del humor", recuerda.

El fenómeno trascendió nuestras fronteras: "No solo chavales españoles, también en Italia, en Irán... De repente querían vivir en ese barrio porque las relaciones entre los vecinos les parecían acogedoras. Aquí se saluda a la gente, se conoce al de la tienda. Era un barrio de verdad y muchos querían pertenecer a él".

Carabanchel (Alto) y Ademuz: cercanía, pertenencia y comunidad

Manolito vive para siempre en un Carabanchel (Alto) en el que reina la familiaridad y la concordia de las que ella disfruta ahora en sus (cada vez más) largos periodos en Ademuz, el pueblo de Valencia en el que nació su madre y en el que se refugia de cuando en cuando con su pareja, el también célebre escritor Antonio Muñoz Molina. Ambos han vivido en Nueva York, Lisboa o Madrid, pero solo en este espacio de la España vaciada encuentran la verdadera paz.

La familiaridad del barrio en el que creció Manolito, con su panadero, sus saludos en la calle y esa vida de comunidad, encuentra así un eco inesperado en este rincón del mundo. Un lugar donde, como concluye Lindo, ella y Muñoz Molina han recuperado ese mismo espíritu de cercanía y pertenencia que hizo de su personaje un amigo universal para miles de lectores.

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