Luana lleva 20 años trabajando en el servicio doméstico, pero dejó de cuidar a hombres ancianos para evitar sufrir más situaciones de acoso. "Las dos veces que he ido a cuidar a abuelos varones he tenido acoso sexual", denuncia.

Una lamentable situación que es común en su sector. "Yo no conozco a una chica, una amiga, una compañera, que no haya sufrido una situación de estas", señala, "si no la ha tocado, la ha manoseado, le ha metido la mano...".

La primera vez que sufrió acoso por parte de uno de los ancianos a los que cuidaba, recuerda, fue cuando reemplazaba a una amiga. "El abuelito me pidió que me sentara a su lado y luego me empezó a tocar la pierna, y luego me empezó a tocar todo. Y luego quiso que, con mi mano, le agarrara del todo", rememora. "En ese momento te pones muy mal".

Con otro anciano sufrió nuevamente acoso. "Cuando llegaba la noche, él cerraba la puerta con llave y empezábamos la cena. Y él empezaba a hablar morbosidades", rememora. Cuando explicó la situación a la agencia para la que trabajaba, la acusaron de ser "poco profesional".

"Decidí dejar de trabajar con abuelos porque no quería pasar más esa situación", explica. "Prácticamente, lo dan por asumido que te tienes que acostar", lamenta, "¿sabes lo que es trabajar evitando?".