Federico Izquierdo, exproveedor de Amazon, ha desvelado en Salvados cómo es desde dentro el gigante tecnológico. Cuando su empresa entró en Amazon asegura que sintió "todo un orgullo": "La ilusión de ese momento era inexplicable, te da la sensación de que has triunfado".
Sin embargo, pronto vio algunos inconvenientes: "Yo podía decidir el precio al que vender mi producto, pero si yo vendo un portatil a X y ese mismo portatil está en otra plataforma 100 euros más barato, Amazon le baja 100 euros aunque pierda dinero". Así, los problemas llegaron "desde el principio": "A los 60 días de haber hecho cualquier venta siempre se nos comunicaba que se había perdido parte del producto o del material. Siempre se perdía del 2 al 4% de la mercancía que se enviaba. Lo más curioso era que no lo decían al día siguiente", ha explicado a Gonzo.
En 2017, las pérdidas ascendían a más de 100.000 euros. Por este motivo, decidió grabar todos los envíos de mercancía. Algo parecido le ocurrió a Luis Cerrillo, otro exproveedor del gigante: "Una vez me desaparecieron 50.000 unidades de un cepillo eléctrico. Llegaron a Amazon, porque cuando enviaba tantos palés iba un transporte privado que cuando entraba en la logística le sellaban la entrada y la salida. Tengo los papeles firmados como que habían recibido ese producto".
"Al ver el volumen de reclamaciones que nosotros hacíamos diarias me llamaban la atención porque saturaba el sistema que tienen ellos", ha explicado. Además, tuvo otro tipo de problemas, especialmente en las devoluciones: "Amazon siempre devuelve los productos a los clientes y un cliente italiano nos devolvió a través de Amazon 3.000 euros en productos de Armani que realmente eran zapatillas usadas de una marca blanca, una camiseta vieja, productos sacados de la basura. Amazon no nos compensó".
Valencia, día uno
Un alcalde 'popular' justifica la comida de Mazón: "Quiero pensar que nadie le comunicó que Utiel se estaba inundando"
El regidor de la localidad cree que si el president no canceló su agenda fue porque desconocía la situación que él había definido en Á Punt como "dantesca": "Otra cosa no me cabe en la cabeza".