Jordi Évole entrevista a varios expacientes de este doctor que relatan sus cuestionables prácticas médicas, y cómo captó a algunos de ellos para formar un supuesto “grupo de estudio de medicina chamánica”.

Jorge, expaciente y exmiembro del grupo, asegura que el doctor, un médico diferente, carismático y alternativo, era contrario a los remedios clásicos y a la medicina tradicional. Incluso en casos de cáncer, comenta como presionaba a los pacientes para que no acudiesen a un hospital a recibir tratamiento. Pacientes actuales del doctor aseguran que también recomienda no vacunar a los niños.

Según el relato de Jorge y de otros testimonios que aparecen en el programa, el “grupo de estudio” que lideraba el doctor empezó con el objetivo de buscar el bienestar global a partir de pequeñas acciones diarias. Pero esas acciones se volvieron cada vez más absorbentes y extrañas, incluyendo violencia física, vejaciones y abuso psicológico, como demuestran los audios y vídeos a los que Salvados ha tenido acceso.

Poner precio a la libertad

Los miembros del grupo estaban cada vez más aislados de la familia y amigos, entregados a las consignas del doctor y a sus peticiones económicas. Y el que se daba cuenta de su situación y quería dejar el grupo no solo recibía presiones del doctor y el resto de miembros del grupo, sino que debía pagar altas sumas de dinero como “precio por su libertad”.

La periodista Isabel Morillo, que publicó la historia en El Confidencial, asegura a Évole que al contrario de lo que podemos pensar, “el perfil de los miembros del grupo es el de gente con un nivel de estudios y económico alto”. Para Morillo el grupo se puede calificar de secta ya que sus miembros están aislados de su entorno y cada decisión personal debe pasar por las manos del líder.