Miguel Ángel Romero lleva 32 años trabajando en la agencia inmobiliaria Fincas San Andrés. "Es un negocio familiar", confiesa. Durante su carrera profesional ha podido observar cómo poco a poco la situación de la vivienda ha ido cambiando. "Antes enseñar un piso era mirar a los ojos y había empatía y ahora tenemos una situación en la que hay mucha demanda y muy poca oferta".

Este asesor inmobiliario reconoce que antes era más fácil alquilar una vivienda. "Te fiabas, cerrabas el contrato y funcionaba". Sin embargo, la alta demanda unida a la poca oferta ha hecho que cambie radicalmente esta situación. "Cuando el cliente encuentra piso, llora", reconoce. En el vídeo desvela la gran competitividad que existe hoy en día por conseguir un alquiler y cómo esto ha provocado que sean muchos más los requisitos que se le piden al inquilino.