El equipo de ‘Encarcelados’ y Alejandra Andrade visita la casa de Águeda, la madre de Pollito, preso español en Perú en el penal Ancón II. Cuando llega la periodista, la mujer le está preparando una caja para enviarle a su hijo Jesús, o Pollito como le llaman en el penal. “Es lo que parece el pobrecito”, comenta la madre. Ambos se escriben a menudo, una vez al mes desde que le encerraron.

Águeda confiesa que tuvo que ver el reportaje de 'Encarcelados' dos veces porque “el primero no pude entender nada. No era capaz, yo decía ¿qué hace ahí Jesús?”. La mujer explica que él lo único que hacía era trabajar. Abría el bar de su jefa y lo cerraba muchas veces. Su madre no veía nada raro en él.

La madre de Jesús piensa que tiene que cumplir condena pero en un lugar donde respeten los derechos humanos. Después de salir en ‘Encarcelados’, Pollito escribió a Águeda: “Si me dan la oportunidad de decirle al mundo lo que pasa aquí dentro y eso va a servir de algo, pues aquí estoy yo, bien derecho y dispuesto a soportar cualquier represalia”, lee la mujer.

El peor momento de todos fue cuando tuvo que mandar dinero por las extorsiones. Le pedían 2.000 euros, pero ella sólo tenía 700. Una cantidad que fue directa a los presos que habían amenazado a su hijo. Le llamó directamente el preso. Le dijo “si no manda usted el dinero hoy mismo no podré hacer nada para que no maten a su hijo”. No le mataron, pero como no iba todo el dinero le dieron una paliza.

El dinero que mandó eran los ahorros que tenía para ir a visitarlo. Confiesa que estuvo un mes sin saber de él pero que seguía recibiendo llamadas para seguir mandando dinero. Asegura que es “la pescadilla que se muerde la cola” y aconseja a las familias “que no entren en ese juego”. A pesar de la situación de Pollito, Águeda asegura que su hijo volverá a ser feliz. “Volverá a ser feliz. Tiene muchos motivos por los que vivir”.