"Venía gente de toda España y te tropezabas con uno, se caía un vaso, y era tu hermano para toda la vida", afirma Félix Gabaldón, fundador de la discoteca 'Spook Factory' acerca de los efectos de la mescalina, la droga más consumida en la Comunidad Valenciana durante los primeros años de la Ruta del Bakalao.

Muchos recuerdan que se trataba de una droga que producía "buen rollo", "alegría" y "cordialidad". Toni Vidal, el DJ de Chocolate, incluso llega a confesar en 'Pongamos que hablo de...' que él mismo puso un poco de esta sustancia una noche en las botellas de champán y las repartió por los asistentes a la fiesta que se estaba produciendo en su discoteca. Una práctica que era bastante común. "A mí me la pusieron en muchas ocasiones y no te enterabas. Te enterabas cuando ya estabas de subidón", declara el diseñador Valentín Herrainz.

Su popularidad fue tal que hasta Los Rebeldes le dedicaron una canción. "Yo la compuse en el año 1984 y la grabé en el año l985", cuenta Carlos Segarra, cantante del grupo. "En esa época yo tenía como una gran deuda con la música americana. Entonces, lo que solía hacer era componer una música, tararearla en algo que pareciera inglés y después rellenaba con algo que sonara a castellano. Antes que 'Mescalina, mi amor' había un nombre de chica y se me ocurriría la gracieta de, para los amigos, hacer 'Mescalina, mi amor' en el grupo y seguramente dijeron 'vamos a ponerlo'. Con un par. ¿Qué pasa?".

Pero, de la noche a la mañana, la mescalina desapareció del mercado y nadie supo nunca el motivo. Hay una leyenda negra, bueno, muchas leyendas. Que si lo pillaron, que si era un médico, que si era un químico, que si solo hizo unas pocas, que si se acojonó y dejó de hacerlas. Pero bueno, la verdad es que estaban muy ricas", explica José Manuel Casañ, vocalista del grupo musical Seguridad Social.