El 13 de noviembre de 1992 tres adolescentes del valenciano municipio de Alcàsser fueron secuestradas, violadas, torturadas y asesinadas. Míriam, Toñi y Desirée, de 14 y 15 años, desaparecieron cuando se dirigían a una discoteca de la vecina localidad de Picasent sin dejar rastro para estupor de la sociedad española en general, pero sobre todo, para la valenciana.

75 días más tarde, el 27 de enero de 1993, encontraron sus cadáveres semienterrados en una fosa en el barranco de la Romana. Las investigaciones apuntaron a que hubo dos autores del crimen: Antonio Anglés y Miguel Ricart. El brutal asesinato puso el foco en los locales y el ambiente de la conocida Ruta del Bakalao, en pleno apogeo en aquella época. Este suceso, sumado a diferentes reportajes en los que se mostraba a jóvenes desfasados y discotecas masificadas, hicieron que cayera una leyenda negra sobre la noche valenciana que provocó el ocaso de la fiesta que no parecía tener final.

"Fue un shock a nivel nacional, pero es cierto que en la gente más cercana por proximidad a Alcàsser se vivió como algo realmente impactante y que le podía pasar a cualquiera. Si además, tú tenías más o menos la edad de las niñas, como en mi caso y en el de mis amigas... los padres tenían miedo a dejarte salir, te empezaban a controlar un poco más", cuenta la periodista valenciana Nuria Roca en 'Pongamos que hablo de...'.

La mítica presentadora de Canal 9, María Abradelo, cree que el crimen tuvo mucho que ver con el fin de este movimiento. "Presuntamente, Anglés iba con frecuencia a las discotecas de la Ruta del Bakalao. Por cierto, una de las hermanas de Anglés, Kelly Anglés, fue bailarina de mi programa, y la pobre tenía que salir con pelucas porque el público se le echaba encima", desvela Abradelo.