La policía se dirige al estadio de Santiago Bernabéu para controlar un partido considerado de alto riesgo entre Real Madrid y Galatasaray. Los agentes escoltan a los hinchas del equipo de Estambul para evitar que agredan y que sean agredidos. Ponen en marcha un dispositivo de seguridad para asegurarse de que no introducen objetos que puedan arrojar o usarse como arma.
Tras finalizar el partido comienzan los primeros incidentes. Los agentes intervienen con dificultad para controlarlos, y uno de ellos es aporreado por un hincha del grupo islámico.