En Alicante, la Unidad de Prevención y Reacción marcha en moto patrullando durante la noche valenciana. Una mujer ha llamado a los bomberos alertando sobre unos ruidos extraños que proceden de su mismo vecindario.
Acuden hasta el inmueble, donde otros compañeros han esposado a un hombre que se ha enfrentado a los bomberos. Retenido en el suelo insulta reiteradamente a la policía. Algunos agentes suben hasta el piso en el que están trabajando los bomberos.
Estos han descendido a través de la ventana del baño para llegar a las tuberías. Un recién nacido ha sido arrojado por el inodoro y se encuentra atascado.
Dos bomberos se esfuerzan por salvar la vida de la criatura. Realizan varias maniobras y logran extraer el cuerpo del recién nacido. Poco después, el niño comienza a llorar. Había sido envuelto entre unas telas y una bolsa de plástico.
Acude el SAMUR y la policía inicia la investigación del suceso. Tratan de averiguar el paradero de la madre. Sospechan que pudiera encontrarse en algún hospital de la ciudad.
Con mucho cuidado y bajando por una escalera provisionada, un bombero desciende sujetando al niño cubierto por una toalla. Van a trasladarlo al Hospital General de Alicante.
Localizan a la madre que se encuentra en este mismo hospital, la cual manifiesta haber sufrido un aborto en su domicilio. Se confirma que el niño está fuera de peligro.