Los agentes encuentran a un joven tirado en el suelo con heridas severas por todo el cuerpo. Con dificultad, el chico presta declaración explicando que además de la paliza que le han dado un grupo de cinco personas, le han robado las llaves de su coche.

Buscan pruebas, por los alrededores, pruebas que aportes mayores datos. Encuentran un palo de golf roto, con el que deducen que le hayan apaleado.

Marchan por los agresores. En las inmediaciones, localizan a dos implicados en el apaleamiento. Uno se niega a declarar, y el otro da una versión diferente al de la víctima.