El comienzo de la operación se va a proceder con la apertura y el registro de cuatro contenedores, que sospechan que puedan albergar estupefacientes. Vienen de Sudamérica, Argentina, donde se encontró uno con más de 100 kilos de cocaína. Los otros cuatro provienen del mismo importador, lo que les hace suponer que haya droga escondida en el cargamento de merluza congelada.

Entran en el puerto, e introducen las cajas del contenedor en una sala. Una a una, las colocan en una máquina de rayos X, que descubre el interior de las mismas. Abren las cajas consideradas sospechosas, en las que observan un color extraño en la merluza. Deciden realizar la prueba de ‘coca test’ (con un espray rocían un líquido sobre la sustancia para verificar si alberga estupefacientes). El resultado es negativo.

Tras inspeccionar las casi 5.000 cajas, de los cuatro contendores, no encuentran droga en su interior. Al día siguiente, continúan con la inspección en la ciudad de Valencia. Van a realizar registros en las viviendas de los posibles implicados.

La primera es la de un individuo que ha tratado introducir a su hijo en España. Llaman, pero no abren. Dos inspectores a golpes, con una barra de metal, abren la puerta. Alertan a los posibles ocupantes que se descubran. No hay nadie. Comienzan el registro: levantan sofás, abren cojines y varias cajas; quitan cuadros… Buscan drogas y documentación relacionada con el narcotráfico.

Finalizada la inspección, marchan al segundo domicilio. Los sospechosos son dos socios de una empresa que importa y exporta pescado. La vivienda está en una finca, a las afueras de la ciudad.

Llaman, pero no abren. Hablan con una mujer que se encuentra dentro. Dice que últimamente les están pasando cosas muy extrañas. Habla el resto de ocupantes. Insisten en que ha debido ser una equivocación. Les dejan entrar, pero piden la documentación de los agentes. La enseñan.

Les explica que van a realizar un registro en su vivienda. Han recibido una orden desde el juzgado de Pamplona que les autoriza la entrada y el registro en su domicilio, por un delito relacionado con el tráfico de estupefacientes.

Los habitantes quedan estupefactos, y niegan estar implicados en el delito. Una de las mujeres, de edad madura, pierde los nervios. Comienza a llorar porque no entiende lo que está pasando.

Entran y comienzan el registro. Buscan documentación que los relacione con la mercancía procedente de Argentina, y con la empresa de los detenidos. En el interior de una de las habitaciones, encuentran unas cajas. Dentro de una, hay un sobre con 600 euros en efectivo. La dueña dice que ese es el dinero que tienen para pasar el verano.

Tras registrar varios documentos, hallan los que estaban buscando. Los del caso de las merluzas congeladas, en relación con la importación de estupefacientes.