Los agentes de patrulla madrileños reciben una llamada. Otros compañeros requieren ayuda en la persecución de un vehículo de gama alta que ha sido robado. Se dirigen a la carretera indicada. Miran por los alrededores. Quitan las luces del coche y se paran para que el delincuente no los perciba.

Vislumbran el vehículo que circula a gran velocidad. Marchan en su detención. Varios coches lo persiguen, pero no consiguen interceptarle. En comisaría identifican al ladrón. Es conocido por los agentes.

Trascurridas 24 horas, la policía es avisada por un posible robo con fuerza en una joyería. Los agentes llegan hasta las inmediaciones, donde otros compañeros han retenido a los presuntos ladrones. Son cuatro. Identificando a los delincuentes, reconocen a uno.