Los errores en los platos hacen crecer la tensión en el servicio: "Siendo humano me puedo equivocar, hago las cosas casi perfectas", asegura Óscar, el dueño de La Fortaleza.
Para conocer los errores que comente, Chicote le puso una chaquetilla llena de insignias que le va retirando cuando va viendo fallos: "Me llevo la templanza", le dice al ver cómo pierde los nervios con sus empleados.
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Óscar se ve superado y comienza a tirar platos a la basura: "Estoy hasta la p***a, así no puedo trabajar". Las quejas en el servicio le hacen perder los nervios: "Trabajando soy un auténtico cabrón".