Alberto Chicote presencia el primer servicio de La Fortaleza. Antes, el chef ha hablado con la madre de Óscar, el dueño, quien le cuenta algunos problemas con los que se ha ido encontrando su hijo en la vida. Así, el chef conoce que cuando Óscar era pequeño se cortó un dedo y, en otra ocasión, un coche le atropelló y tuvo un problema en el fémur: "Si fueras un gato te quedarían cinco vidas", le dice al dueño de La Fortaleza.

Los nervios en la sala no dejan de crecer. Todas las mesas están llenas y junto a la falta de orden y comunicación, Óscar no puede parar: "Es estresante", asegura la cocinera. "Se aturulla porque se pone nervioso", añade.

Los nervios de Óscar no le permiten poner el foco y el orden en la sala desaparece: "No está quieto ni un segundo".