Chicote se traslada a Mataró para reflotar el 'Don Super Pollo', un restaurante especializado en carnes y pollos a la brasa. Un local que se va a la quiebra con solo cinco meses donde el principal problema son las peleas entre los trabajadores y los conflictos familiares.

El chef de Pesadilla en la cocina llega al restaurante 'Don Super Pollo' y decide pedir en el servicio que ofrecen para llevar la comida en el coche. Tras pedir medio pollo, Chicote se da cuenta que le han cobrado uno entero. Una tomadura de pelo que sorprende al cocinero.

Tras comprobar que el pollo está bueno, Chicote comprueba cómo funciona el servicio. Un servicio en el que se encuentra con que los clientes empiezan a devolver los platos. Una lasaña congelada despierta las tiranteces entre el chef de Pesadilla en la cocina y el jefe de cocina. "Muy listo, muy listo no soy, pero muy tonto, muy tonto tampoco", le dice el conductor del programa.

En medio del segundo servicio, Chicote ve los errores y las carencias por lo que pide mando a la dueña. Sin embargo, Helena entra en un estado de desesperación que le hace abandonar. Chicote sale a la carrera de ella: "No me hagas correr que estoy muy gordo", le dice.

Al final del servicio, la plantilla de 'Don Super Pollo 'comienza a discutir delante de la clientela. Un duro enfrentamiento entre el jefe de sala y un camarero en el que intentan mediar la dueña y el chef: "Es un matado, no tiene cojones a darme un bofetón", comenta.

Después de ver los servicios, empiezan los cambios. Alberto Chicote muestra al equipo del 'Don Super Pollo' los cambios realizados en el restaurante. Un cambio de imagen, de decoración del local, de presencia y sobre todo, un formato diferente y nuevo de la carta.

Con el lavado de cara, llega la hora de la reapertura. Un servicio en el que Alberto Chicote empieza a desesperarse porque el jefe de cocina está paralizado y bloquea el servicio. "¡Vamos Julián, saca los putos huevos ya!", se cabrea.