El equipo de reformas de Pesadilla en la cocina le da un aire diferente a la taberna 'Lolailo' empezando por el cartel de la entrada. Al entrar las reacciones no se hacen esperar. "Es precioso", asegura.

Y es que la idea de una taberna andaluza a Chicote le convencía. Lo que no cuajaba era el despropósito que tenían como decoración donde "nada tenía que ver entre sí". Lo que han hecho es "darle armonía" para que todo tenga relación.

En la cocina le han puesto un lavavajillas industrial, algo de material y lo más importante: fuegos. Chicote no sólo ha cambiado la presencia y ha dotado a los fogones de lo necesario, también se guarda una sorpresa: un tablao donde el chef se atreve a taconear tímidamente.

La carta también es nueva, ya no tiene la funda "cutre" y las traducciones al inglés son buenas.

Otros momentos destacados

Alberto Chicote prueba los platos de la taberna. El chef pide los jalapeños, el pulpo, boquerones y pimientos del 'Lolailo' y comprueba que lo que dice África de que la comida del 'Lolailo' "es una puta mierda" es verdad. Y es que en la taberna andaluza ni el pimiento "vale un pimiento".

Para intentar suavizar las críticas a los platos, el 'Lolailo' consigue que se viva un hecho insólito en Pesadilla en la cocina. Alberto Chicote bebe alcohol en horas de trabajo al probar el chupito estrella del 'Lolailo', 'La mamadita'. Una bebida preparada por la prima de la propietaria y que consigue sacarle los colores al chef. "¿No me digas que no te ha gustado 'La mamadita' de mi prima?", le pregunta Mara a Chicote.

Después de la primera toma de contacto, llega el servicio caótico del 'Lolailo'. África rompe a llorar invadida por el agobio y Alberto Chicote es víctima de un accidente en cocina. Un "huevo asesino" le explota en la cara ante las risas de todo el equipo del 'Lolailo'. "A mí no me hace ni puta gracia", dice.