El chef Alberto Chicote visitó el 34 Bar, un restaurante donde toda la comida que servían era congelada. Lo primero que vio el chef en la cocina fueron los fogones que estaban tapados y se usaban como mueble para las freidoras, lo que realmente usaban en el local. También tenían un montacargas, que hace de almacén improvisado por falta de espacio.

Tras ver la cocina, llegaba la hora en la que Alberto Chicote tenía que probar los platos del 34 Bar. Las patatas bravas eran "patatas de bolsa, congeladas y con salsa de bote". Las croquetas también eran congeladas y la hamburguesa tenía aros de cebolla, con bacon crudo y la carne parecía "de pata de grulla".

Después de esto, lo primero que hizo el chef de Pesadilla en la cocina fue presentarles a Laura, Juan y Fanny a un nuevo amigo: "se llama fuego. Es el amigo del cocinero. Cuidado que si pones la manos encima te quemas". Aunque no fue lo único que les presentó: . "Os voy a presentar algo que es la hostia, esto ya es tecnología: sartén". Así, el chef rompía el sacrilegio más grande que hacían en el restaurante: la tortilla, con cebolla, calabacín, bacalao, huevo y patatas.

El chef Alberto Chicote era testigo del servicio y las primeras quejas no se hicieron esperar. Las patatas bravas estaban crudas y la salsa abrasaba. También devolvieron unas alitas que los jóvenes del bar no habían ni probado.

La situación en el 34 Bar era crítica y el único incapaz de reaccionar ante tal situación era el cocinero. Bloqueado y a punto de perder su trabajo y a su pareja, Juan obligó a buscar a Alberto Chicote un golpe de efecto radical para salvar el negocio: abandonar el restaurante.