El chef de Pesadilla en la cocina visita el Sukur, un caótico restaurante griego de nombre pakistaní, decoración persa y platos del mediterráneo. Un negocio con un dueño que apenas pasa tiempo en el restaurante, un director demasiado joven y un protagonista absoluto: Martínez, el jefe de cocina.

Para conocer qué falla en el negocio, Alberto Chicote se dispone a probar los platos. El chef de Pesadilla en la cocina decide probar la musaka, un plato que cuando Sulliman, el director de sala, va a servirlo, se da cuenta que no está en condiciones de presentarlo en la mesa y se niega a hacerlo. Un hecho por el que Martínez, el jefe de cocina, reacciona estrellando el plato contra la barra de cocina.

Tras la cata, el chef Alberto Chicote entra a la cocina del Sukur para conocer a Martínez y ver en qué condiciones tiene su lugar de trabajo. Al parecer el principal problema del restaurante es el cocinero y aunque desde que ha llegado el líder de Pesadilla en la cocina, "está más tranquilo de lo normal" -según sus compañeros-, Chicote no tarda en conocer el verdadero carácter de Martínez cuando empieza a faltar el respeto a la camarera y a los ayudantes de cocina.

Arranca el primer servicio con Alberto Chicote en el restaurante. Los primeros clientes se empiezan a quejar de los platos y Martínez lo arregla tirándolos al suelo. Además, la presencia del chef de Pesadilla en la cocina le empieza a incomodar y el cocinero decide salir a la calle a fumarse un cigarrillo para tranquilizarse. "Que te vayan dando, Chicote, que te den", comenta mientras abandona su trabajo.

Después de haber sufrido en primera persona uno de los caóticos servicios del Sukur, Alberto Chicote vuelve al restaurante a la mañana siguiente para tratar con todo el equipo su alarmante falta de profesionalidad y compromiso. En especial con Martínez, el mayor causante del desastre. Para que el cocinero entre en razón y se dé cuenta del mal ambiente que genera en el trabajo, el chef de Pesadilla en la cocina le lleva a un antiguo compañero. Una visita que no se toma demasiado bien el cocinero. "Toma el micrófono, a tomar por culo", le dice.

Para intentar reflotar el restaurante, Chicote cambia de estrategia haciéndose cargo él de la cocina. Una decisión que "le toca las pelotas" a Martínez porque lo traduce como una provocación. Cuando arranca el servicio, el cocinero decide hacer caso omiso al que ahora es su jefe de cocina, al cantar las comandas. Algo que desquicia al líder de Pesadilla en la cocina. "Joder, me va a dar un ataque de aguantarte", comenta.

Ante el drama que vive en el Sukur, Chicote intenta llegar al verdadero Martínez para conseguir reflotar el negocio. El cocinero le confiesa al chef que lo ha pasado muy mal en la vida. Su padre les abandonó por una brasileña y se vieron obligados a pedirles para comer a Cáritas. Por eso, con 14 años, se puso a trabajar para ayudar a su madre. Una madre que falleció en sus brazos cuando sólo tenía 18 años.

El equipo de reformas de Pesadilla en la cocina decide hacer un cambio radical en el Sukur, convirtiéndolo en un restaurante completamente nuevo, con una oferta mediterránea más apropiada y definida. Lo primero que han hecho es cambiarle el nombre por el de La Retama, "más apropiado para un restaurante del Barrio Gótico de Barcelona", según Alberto Chicote.

Tras el lavado de cara, se presenta al público de Barcelona La Retama, la última oportunidad para Nacho, Martínez y el resto del equipo para demostrar que se merecen trabajar en un restaurante de éxito. Para apoyar al cocinero en este día tan importante, José Luis recibe la visita de los hijos del primer jefe de cocina que tuvo, Ana e Ildefonso. Una sorpresa, de Alberto Chicote que emociona a Martínez.