En esta nueva edición de Pesadilla en la cocina, Chicote se traslada hasta Moraira donde se encuentra el Da Vinci, un restaurante de categoría que sufre las desavenencias de su dueño, Rafa Soler.

Tras un pasado brillante al frente de los fogones, Rafa -incapaz de aceptar su culpa- ha llevado el restaurante e incluso a su familia al borde del precipicio. Endeudado, recién separado de su mujer y desilusionado con el negocio, tendrá que trabajar bajo la atenta mirada de Chicote si quiere salir del agujero en el que se encuentra.

Rafa pondrá en práctica los métodos que lleva a cabo en su restaurante y ante los que se siente plenamente confiado. Sin embargo Alberto le quitará la venda de los ojos. Recobrar la pasión en el trabajo no es suficiente, Rafa tiene que cambiar sus hábitos, recuperar el aprecio a su clientela y devolverle al restaurante su antiguo esplendor.

Rafa ofrece mal producto a precios muy elevados, desprecia a sus clientes, trabaja desapasionadamente, bebe durante las horas de trabajo y lleva una vida completamente desordenada. El resultado no es otro que clientes descontentos, quejas constantes y cada vez más mesas vacías.