Durante uno de los programas de Pesadilla en la cocina, Alberto Chicote se trasladó hasta el Asador Juan de Austria, un restaurante de carretera capitaneado por Enrique, un dueño de complicado carácter, y su hija Mónica, encargada de la cocina.

Allí, Chicote alucinó al ver la tranquilidad con la que trabajaba el equipo del restaurante mientras los clientes se indignaban ante la tardanza de los platos: "Os veo a todos más pachorros que la hostia, a ver si empezamos a correr". Un toque de atención del exitoso chef que hizo que Enrique, el dueño, explotara contra los trabajadores. "Hostia, vamos a ver si le echamos un par de huevos", gritó Enrique mientras dio un golpe en la encimera que asustó, incluso, a Chicote, al que pilló desprevenido. En ese momento comenzó una tremenda bronca entre Enrique y Mónica, su hija y encargada de la cocina, que le reprochó que él esté "todo el día rascándose las bolas".

Otros momentos de 'Pesadilla: Juan de Austria'

La discusión con su hija hace que Enrique se desmorone y rompa a llorar de impotencia. "Soy duro, pero en un momento piensas, 'pa qué' esmerarte. Es impotencia al ver que la gente no tiene ganas", confesó el dueño del Juan de Austria ante las cámaras. Incluso, su pareja, Ana, se sorprendió al ver las lágrimas de Enrique tras el desastroso servicio.

Con Enrique totalmente abatido, Alberto Chicote reúne al equipo del Juan de Austria para darles una charla: "Es al único al que veo afectado. Este tío por lo menos siente el oficio, lo quiere como yo".

Tras la charla, comenzó un nuevo servicio en el que Mónica distribuyó en el Juan de Austria las tareas del comedor y la cocina. Pero este interés le duró muy poco, lo que provocó de nuevo el caos en el restaurante. "¡Tenéis menos sangre que una zanahoria!", criticó enfadado el chef, que reprendió a Mónica por poner solo excusas: "Cómo tienes tanto morro, no me cuentes películas. En cualquier otro lugar, trabajando así, duras minuto y medio".

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de Pesadilla en la cocina.