"Creo que te vas a llevar una muy grata sorpresa. Bueno, os la vais a llevar todos", asegura Alberto Chicote al propietario y los empleados de Magalia. Y es que el restaurante llevaba más de 15 años sin reformarse y eso, "se notaba", afirma el chef.

La nueva terraza, a juzgar por las caras y las expresiones de la plantilla, les ha agradado y mucho. "Tenéis un espacio maravilloso en este esquinazo que no terminaba de llamar la atención", comenta Chicote. La cartelería, las plantas y la iluminación le han dado ese toque que tanto necesitaba. "El objetivo ha sido transformar un bar en un restaurante", explica.

El aspecto de la zona de la cafetería también ha cambiado de manera radical. "Me parece precioso", reconoce Manuel. "Se le van a salir las lágrimas, le he visto muy emocionado", dice Javier, el camarero, muy contento.

El comedor está casi irreconocible. "Otra película, ¿eh? Guardamos la misma línea que tenemos en la terraza y en la zona de la cafetería, pero aquí el techo, las paredes y las luminarias le dan un aire muy diferente", detalla Alberto Chicote.

"A la cocina le hemos pegado un repaso que se ha quedado, creo, que como nueva", comenta. Además, se han añadido o cambiado electrodomésticos y utensilios, como la batidora, la amasadora, las ollas, los nuevos juegos de cuchillos y los contenedores para guardar bien la comida.