Tensión extrema, personalidades irascibles, cocineros que abandonan los platos entre gritos y dueños irascibles. Son los principales ingredientes del exitoso formato televisivo Pesadilla en la cocina, que regresa muy pronto a laSexta para dar el pistoletazo de salida a su octava temporada.

En esta ocasión, los restaurantes que han requerido la ayuda de Alberto Chicote y su equipo acusan una problemática que ha afectado, y mucho, a la hostelería durante estos últimos dos años: el duro golpe que la pandemia de la COVID-19 les ha asestado. Así lo relata el chef y conductor del espacio en la rueda de prensa de presentación de la octava temporada, donde recalca que ha sido un periodo "tétrico" para el sector.

"Muchísimos han desaparecido y lo digo con muchísimo dolor", lamenta el chef, que aprovecha para recalcar "que este es un sector al que se le ha agradecido muy poco lo que ha hecho por todos los españoles", algo que, asegura, le da muchísima rabia. Los hosteleros "servimos muy bien en su día para hacernos la foto con quienes les interesaba", denuncia, pero "a la hora de reconocer el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio", han sido los grandes olvidados.

"La gente del sector ha hecho un trabajazo que, si no hubiese sido así, otro gallo nos hubiera cantado", reconoce Alberto Chicote en su intervención.

Nuevos restaurantes en busca de ayuda

La octava temporada de Pesadilla en la cocina hará parada por primera vez en el Camino de Santiago y visitará restaurantes muy diversos y pintorescos, de temática medieval, de corte militar, de inspiración italiana o una taberna andaluza.

Además, el chef intentará salvar dos negocios en un mismo programa.