La oruga procesionaria, una especie invasora muy peligrosa,
ha llegado a los parques de las grandes ciudades. Anidan en los árboles y bajan
para enterrarse en la arena. Están recubiertas de pelos que son altamente
urticantes, por lo que tocarlas o acercase es peligroso.
Jesús Escribano, jardinero municipal de Madrid, explica en
Natural que las grandes víctimas de estos insectos son los animales. "Una oruga
comida por un animal es perro muerto, la lengua se les inflama y se la tienen
que cortar", advierte. De hecho, una vecina del barrio señala que lleva a su
perrita en brazos "porque si chupa una, se muere".
Los niños que juegan en los parques también están muy
expuestos. Es el caso de un menor que acabó con la cara llena de "ronchones". "Estaban
jugando, pasó la pelota por encima, la cogió con los guantes de portero, lanzó
la pelota y al ratito se tocó la cara. A los dos minutos ya vino diciéndome 'me
pica muchísimo'", ha comentado su madre a Jalis de la Serna.
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Además, la oruga procesionaria está acabando con los bosques de España: esta especie invasora prolifera gracias al cambio climático. En este vídeo de Natural puedes ver el verdadero peligro que supone.