Del río Guadiana lo que queda es el nombre porque no hay río ni hay nada. Lo que sí hay, según ha podido ver Natural, son unos depósitos de pienso para dar de comer a los miles de cerdos de una macrogranja que prevén construir en en el acuífero 23. Un acuífero del que beben más de 200.000 personas que intentan que esta granja no se construya porque la contaminación del agua será segura.

Tras conocer este caso, el equipo de Natural se traslada a la zona cero de las macrogranjas, el el Alto Guadiana, que no tienen licencia de actividad, ni concesión de aguas pero que siguen funcionando clandestinamente porque las sanciones les son asequibles. Macrogranjas asentadas en el acuífero 19 que abastece a Las Tablas de Daimiel y donde las heces de los cerdos acaban filtrándose a las aguas subterráneas.

Otro momento relacionado

Jalis de la Serna también es testigo de cómo los ojos del río Guadiana han pasado de ser manantiales de hasta cinco metros de profundidad, a un auténtico desierto. Además, conocela razón por la que se dice popularmente que "el río Guadiana aparece y desaparece". Una leyenda a la que ponemos fin gracias a la explicación que puedes ver en en este vídeo.