Andriy es un profesor de español ucraniano que ha improvisado un refugio con colchones en su casa de Kiev para protegerse de los bombardeos rusos. En el vídeo que ilustra estas líneas, él mismo muestra la cama ubicada "entre dos paredes gruesas", junto a sendas "mochilas de alarma por si la situación empeora" y se ven obligados a salir.

La nevera, explica, la llenaron el primer día de la guerra y aún les quedan alimentos "más o menos para una semana": "Hace 10 días tenía trabajo, quedaba con amigos, iba al cine y todo ha parado en un santiamén", resume.

Entrevistado en Más Vale Tarde, Andriy explica algunos detalles de su refugio en directo, como las mantas que cubren los cristales de las puertas y el sofá que han colocado detrás para protegerse.

Según relata, los habitantes de la capital ucraniana se han ido acostumbrando a la situación: "Nos sentimos bastante protegidos ahora y últimamente nos sentimos con más fuerza, con más firmeza y con más tranquilidad. Creo que la capital ya está más o menos protegida por parte de nuestro ejército y también de las fuerzas de defensa territorial", afirma.

Pese a ello, lo cierto es que "las alarmas siguen sonando". "Ya hemos perdido la cuenta de la cantidad de las alarmas que suenan cada día", explica el profesor, que solo en el día de hoy ha contado "seis o siete". "La gente se está acostumbrando", indica no obstante.

"Al principio de la guerra nos levantábamos con cada ruido, con cada estruendo y nos marchábamos al refugio, ahora todo el mundo en Kiev ya está mas o menos tranquilo y no reacciona ni con pánico ni con nervios o con tantos nervios como al principio", precisa Andriy, que agrega que "ahora todo se percibe con más tranquilidad porque el ser humano se acostumbra".