Los productos que usamos para limpiar nuestra casa suelen tener muchas sustancias químicas y algunos, además, son perjudiciales para la salud: problemas de piel, problemas de garganta, problemas de dolor de cabeza e incluso problemas renales.

Por ejemplo, el limpiacristales, utilizado en cantidad y con las ventanas cerradas puede ser nocivo. Tenemos dos soluciones: una es meter agua con gas en un pulverizador, tiene un efecto limpiador por la propia fuerza. La otra opción es más sencilla: usar vinagre y frotar los cristales con papel de periódico. Es barato y asequible y se puede hacer usando productos que tenemos en casa.

Para limpiar el suelo, la alternativa a los productos que usan etanol y amoniaco y que no limpian, sino que ocultan con una especie de barniz, es usar bicarbonato con vinagre y un poco de agua. Este remedio serviría para los azulejos, y para la madera, que también puede ser limpiada con aceite.